Mitología entomológica
Por: Fabio Cupul
A lo largo de la historia, no todas las culturas humanas han visto con desdén a los insectos, ya que algunas de ellas llegaron a vincularlos con lo divino, lo que sin duda los dotó de un lugar importante en su sistema de mitos y leyendas. El papel de los insectos en la cosmovisión de las culturas ancestrales es altamente simbólico, ya que llegaron a representar valores tanto religiosos, como filosóficos y hasta psicológicos. Es decir, la visualización de la imagen de un insecto derivaba directamente en un significado cultural. Por ejemplo, los “Coras”, un pueblo del occidente de México, creen que el alma de un difunto se aleja volando del cuerpo material al adoptar la forma de un abejorro. Por su parte, Papalotl fue la palabra utilizada por la antigua civilización Azteca para nombrar a las mariposas. Los Aztecas creían que estos hermosos insectos se encontraban relacionados con el fuego y que eran los reservorios de las almas de los soldados muertos en combate. La mariposa también fue relacionada con el dios supremo Quetzalcóatl, quien resurgió a la vida en forma de crisálida. Hoy en día, los modernos pobladores de México continúan utilizando la palabra castellanizada “papalote” para hacer referencia a las cometas que los niños lanzan al aire. La utilización de las mariposas como símbolos de resurrección, se encuentra bastante extendido en diversas culturas humanas. La mayoría de los autores consideran que este simbolismo se encuentra relacionado con la historia de vida tan particular del insecto, el cual envuelve una etapa de huevo que da origen a una oruga (vida), misma que se transforma en crisálida (muerte) y de la cual emerge a la libertad un organismo totalmente diferente: la mariposa renacida (resurrección). Por otro lado, una leyenda aborigen australiana relata cómo una tribu pasó gran parte de su tiempo almacenando alimento para el invierno. Esta buena acción, provocó que ellos se transformaran eventualmente en abejas y sobrevivieran. En contraparte, otra tribu de la misma localidad, floja y frívola, no tomó ninguna previsión para sobrevivir el invierno, por lo que sus miembros se transformaron en moscas y murieron. Este relato milenario, retrata gran parte de la idea generalizada que la humanidad tiene sobre las moscas como seres detestables, con connotaciones negativas. Por su parte, las abejas simbolizan aspectos positivos alrededor del mundo. Por ejemplo, en el hinduismo se le relaciona con el aspecto amoroso del dios Krishna. En Egipto denotan la realeza; sin embargo uno de los simbolismos más consistentes y significativos es el de la sexualidad y la fertilidad, principalmente por su participación en los procesos de polinización de las plantas. Uno de los productos más apreciados de las abejas es la miel, misma que por su dulzura fue utilizada por los egipcios para aderezar sus alimentos, aunque también fue un ingrediente básico en el proceso de la momificación de los muertos. Los babilonios y sumerios ofrendaban miel a sus dioses en las ceremonias religiosas. Curiosamente los antiguos cristianos alemanes creían que las abejas fueron creadas por Dios para proveer la cera utilizada en la fabricación de las velas de sus iglesias. Los insectos son seres benéficos y trascendentales en el funcionamiento de los ciclos biológicos, ya que una gran variedad de ellos son agentes importantes en la polinización de las plantas, algunos otros proveen productos de valor comercial o son fuente de alimento para aves, peces y hasta el hombre mismo. Además, parasitan o depredan a otros insectos, ayudando a mantenerlos bajo control. Ciertas especies, por ser carroñeras, actúan como recolectores de basura evitando la aparición de focos infecciosos. No cabe duda que el comportamiento descrito anteriormente fue admirado por la ancestral cultura china, ya que algunos de los representantes de este mundo diminuto, como las hormigas, fueron y siguen siendo símbolo de patriotismo, virtud, interés en uno mismo, orden y de servidumbre infatigable. Tanta fue la admiración que tuvieron algunos pueblos por las hormigas, que los nativos Hopi, del suroeste norteamericano, creían que los primeros pobladores del mundo eran personas con forma de hormiga. Para el pueblo Nahua del occidente de México, las hormigas siguen siendo parte de sus ciclos agrícolas, ya que para asegurar las lluvias de la temporada, colocan mazorcas sobre los hormigueros para atraerla. Por el contrario, algunas comunidades del oeste africano ven en los hormigueros el hogar de los demonios.